Mis cosicas

lunes, octubre 30, 2006

PADRES

Tus padres son esas personas que te quieren y te dejan vivir en su casa y a las que tú tienes que querer (porque son tus padres -¿?- y porque aunque no sea así no tienes el ticket y no los puedes cambiar).
Dentro de esta categoría general que son los padres encontramos dos subtipos: papás y mamás. Dos subtipos que son facilmente diferenciables tanto externamente como en su comportamiento.

MAMÁ es esa señora a la que cuando tú naciste le instalaron el programa yo-lo-se-todo versión 1.0 que se ha ido actualizando con el paso de los años a a-mi-no-se-me-escapa-una v.2.0. Ella sabe donde has estado exactamente cuando tú dices "por ahí" y sobre todo, sabe con quien has estado. Mamá cocina, generalmente bien (aunque en este punto hay estudios que demuestran que la regla no se cumple siempre) y tiene soluciones para problemas cotidianos complejos como: qué combina con ese vestido rosa imposible o qué llevarte de viaje a un sitio en el que no tienes ni idea de cual será la temperatura. Las madres están ademas especialmente capacitadas para escucharte (o al menos eso dicen) mientras te hablan de otra cosa que no tiene absolutamente ninguna relación con lo que tú le estás comentando -"y claro, yo le dije que no quería ir..." y tu madre, al mismo tiempo -"tengo que bajar a comprar el pan, que no se me olvide" y tú -"mamá, me escuchas??" y ella -"claro que si, que no querias ir...". La mayor habilidad de las madres es encontrar cosas, da igual si tu te has vuelto loco buscando la tarjeta de ese restaurante tan coqueto que no sabes donde guardaste tu madre va y la encuentra a la primera (que después de eso uno empieza a sospechar que su madre le espia, pero no, ellas se defienden diciendo que como tú no guardas nada, allí está ella, dispuesta a que la casa no entre totalmente en crisis y de paso te llevas una bronca, por dudar).

PAPÁ: es el rey de la casa, el señor del castillo, el jefe de la manada bla, bla, bla o al menos eso es lo que hay que decirles para que no se sientan heridos en su orgullo masculino. Tu padre te quiere, pero su amor no incluye escucharte (tu padre sabe como se llaman tus amigos? como se llaman las asignaturas de las que te has matriculado? si la respuesta es afirmativa, tu padre no es de este planeta y deberias llamar a mulder y scully para que le investiguen). A tu padre cuando naciste le instalaron un programa llamado yo-no-me-entero-de-nada v. 1.0 que al llegar a la adolescencia se convirtió en en-la-parra-total v.3.0 (lo que está bien si tu madre es moderna y enrollada porque entonces le dirá: "la nena se va a la playa con mari y pepi" en vez de decirle lo que está pensando: "tu hija se va a tirar a ese que dice que es su novio en nuestra cama de matrimonio de la playa pero si te lo digo te da un infarto y a ver que hago yo en urgencias todo el fin de semana". Papá al final es el que toma las grandes decisiones y resuelve los grandes problemas: "este año nos vamos a castellón" (tu madre piensa: "pues ya podriamos ir a un hotel y así descansar de verdad, que si no ni son vacaciones ni nada", tú piensas: "a castellón, si siempre vamos a mazarrón/benidorm/la manga, que se me ha perdido a mi allí?!!!!! si no conozco a nadie!! y tu padre piensa: "mira que caras, lo sabía, sabía que era una idea genial!!"). Los padres aprenden dos frases básicas para su supervivencia que son: no vuelvas tarde!! que es la que te gritan mientras tú te escabulles de casa para que no te hagan el interrogatorio de rigor (con quien vas, adonde vas, cuando piensas volver, como vuelves...) y la segunda frase es la de ¡vaya horas!! que es la que te dicen el domingo por la mañana -porque a partir de las 6 es oficialmente por la mañana- cuando llegas y tratas de no hacer ruido al entrar que consigues con más o menos éxito según tu nivel etílico.

Padres encontramos de todos los gustos y modelos: enrollados, carcas, de los que salen, de los que se quedan en casa, de los que se quejan por todo, gritones, tradicionales, comunicativos y hasta hippies. Sin embargo todos tienen una característica común: son capaces de volver locos a sus hijos (y los míos son los nº 1 en esto).

miércoles, octubre 25, 2006

MODA

Puede que pienses que a ti la moda no te afecta, que no va contigo, que tú te pones cualquier cosa y sales a la calle tan ricamente, error. La moda te influye como a todos porque al final compras tu ropa al sr. Amancio Ortega o en los grandes almacenes o en el mercadillo de al lado de tu casa y toda, toda, tooooda la ropa de ese año tiene el mismo estilo. Los modistos deciden qué te puedes poner y qué no, qué te va a gustar y qué cosas no volverás a ponerte (aunque el año anterior te encantaran).

Y yo me pregunto, si lo que los modistos sacan en sus colecciones es lo que inspira lo que nosotros podremos comprar al año siguiente ¿cómo deciden los modistos lo que se va a llevar?
¿Lo sortean? -"Y el agraciado de este año es el número 207" -"Vaya, otra vez le toca a Vittorio y Luchinno" -"Uy, no me digas, otra vez con los dichosos lunares de flamenca, que hartito estoy"
¿Se llaman para decidirlo? -"Donatella, guapa, que soy el Tommi para decirte que hemos quedado todos para sacar mucha mini para invierno y faldas largas de pana para verano, oye, llamas tú a Ives y se lo dices, vale??"
¿Lo hace por SMS? -Escotes si, color: verde, falda a la rodilla, inspiración años 50. Pásalo.
¿Hay un cerebro maligno que los controla y les hace sacar esas colecciones tan horrorosas? "Este año volveremos a los 80 ja ja ja (risa maligna) hoy es la moda, mañana el mañana: el mundo"

El caso es que de alguna manera lo hacen, se ponen de acuerdo, es una conspiración contra tí, contra mí, contra todos aquellos que no miden 1'80 y pesan 20 kilos cuando están mojados. Este año son los 80 y pensamos que no puede ser peor... espero que no estemos equivocados.

domingo, octubre 22, 2006

EL GIMNASIO

Lo hice, la semana pasada volví a apuntarme al gimnasio a hacer aerobic. No me pilla muy lejos de casa y voy con una amiga de toda la vida, hasta ahí todo normal pero resulta curioso que alguien como yo se apunte a un gimnasio e incluso más curioso que vaya cada semana porque yo ODIABA la educación física en el colegio y aún mucho más en el instituto. En el instituto tengo que admintir que casi no hice nada en las clases de gimnasia porque el profesor se ponía rojo y muy muy nervioso solo con mencionar los "asuntos femeninos" así que no tenía mas que poner cara de pena y decir las palabras mágicas para poder pasarme la clase entera mirando a los demás.
Cuando terminé tercero de BUP (cosa que parece que hubiera ocurrido en el pleistoceno, mil años arriba o abajo) pensé que nunca más tendría que pasar por esa tortura, que el chandal lo podía arrinconar en el trastero, pero me equivoqué. Ahora no solo hago ejercicio, sino que pago para que me hagan sufrir. Increible, verdad?

Al empezar el año pasado me di cuenta de algunas verdades indiscutibles de los gimnasios:
  • En tu clase de aerobic todas, menos tú, claro, son altas, delgadas y monísimas y tú las ves y te preguntas ¿qué hacen todas estas aquí? ¿a qué vienen? ¿a humillarme?.
  • Ninguno de los especímenes perfectos de tu clase de aerobic se pierde en mitad de la coreografía mientras que tú bastante tienes con no caerte de morros al suelo con tanta vuelta, patada, mambo y cha cha chá, ¿qué son? ¿bailarinas profesionales?
  • No se despeinan, nada, ni un pelito. Mis pelos cuando acaba el bailecito se parecen bastante a los de Jack Nicholson en el resplandor (sí, yo también asusto bastante)
  • Tus "compañeras" de clase vienen perfectamente equipadas y conjuntadas, desde las zapatillas hasta la gomita del pelo. Equipamiento que no tiene nada que ver con tu chandal y tu camiseta king size, no, no, todo pegadito y super mono. Si hasta el hilillo del tanga que se asoma cuando se agachan un poco hace juego con la gomita del pelo!!
  • Tu profesor es un poco amanerado (y por supuesto mucho más femenino y fino en sus movimientos que tú).
  • La mayoría de las que son como tú (no diosas nórdicas de esas que no se despeinan ni en medio del Katrina) duran una semana y luego nunca vuelven.
Yo he llegado a ese momento crucial, hace una semana que me apunté y para el lunes ya tengo excusa para no ir a clase. Menos mal que tengo a mi amiga para animarme a no abandonar pase lo que pase. Y por si os lo preguntais si, mi amiga es guapa, no se despeina, no se pierde en mitad de la coreografía y va perfectamente conjuntada, siempre (menos mal que es mi amiga y la quiero que si no...)

jueves, octubre 19, 2006

QUÉ BONICO ES SER OPOSITOR

Tengo amigos que opositan (a algunos les va mejor y a otros peor), conozco gente que lo intentó y hasta algunos que lo consiguieron, pero yo no creo que me convierta en uno de ellos. Así que, papá, mamá si leeis esto -ya que he probado con todos los demás medios a mi alcance con nulos resultados hasta el momento- sabed que no pienso opositar, NO VOY A OPOSITAR, voy a probar el ejercicio de esta la profesión que me elegisteis y que yo estudié concienzudamente así que dejad de jod... ya de una vez. Mil gracias una vez más por vuestra comprensión y apoyo.

Sinceramente
Vuestra amantísima hija

martes, octubre 17, 2006

LOS 80 HAN VUELTO...

... y lo han hecho solo para fastidiarme a mi, estoy segura.
Nunca, NUNCA, estuvimos más horrorosos que en los 80 y no me refiero solo a los de mi generación que nos pilló en plena euforia del acné, los correctores dentales, las sonrisas bobas y los pelos grasientos (por aquello de la fobia al agua que afecta a tantos adolescentes), sino en general: ¿qué me dices de esas madres con sus pelos cardados que ahora ves en fotos antiguas y te horrorizan o de esos estilismos a lo corrupción en miami para hombres muy hombres que ahora dan entre risa y pena? por no hablar de esas jovencitas estilo Ana Torroja en mecano con tutús, mallas, pelos encrespados y toreras.

Pues a algún modisto listillo le ha parecido buena idea resucitar la moda ochentera y no hay tienda a la que vayas que no pretendan venderte unos pitillos, unos leggins (nuevo nombre de las mallas de toda la vida, pero que así suena más fashion), una falda con tutú debajo y algún complemento con tachuelas. Pues yo me niego!! A ver, no tengo un índice de masa corporal inferior a 18 y no mido 1'80, vamos que soy de lo más normal y con esa ropa que pretenden venderme no me siento más moderna y atractiva sino que me siento un poco como en carnaval (solo que sin careta para esconderme): los pitillos descartados (me hacen sentir como un calipo), las mallas solo me las pongo para el gimnasio, las toreras no me van y si pienso en las hombreras oigo en mi cerebro la musiquilla de locomia (versión martes y trece, por supuesto).

Así que: A DIOS PONGO POR TESTIGO DE QUE A MI ARMARIO NO VOLVERÁN LOS 80, NO, LO JURO, AUNQUE TENGA QUE ESTAR UN AÑO ENTERO SIN COMPRAR ROPA Y USAR LA DEL AÑO PASADO, AUNQUE TENGA QUE LLEVAR LOS MISMOS PANTALONES DIA TRAS DÍA A DIOS PONGO POR TESTIGO DE QUE A MI ARMARIO NO VOLVERÁN LOS 80. Hala, ahí queda eso

viernes, octubre 13, 2006

ECHANDO DE MENOS

No lo puedo evitar, echo de menos Dublin: el frío, la lluvia, las clases de inglés, las casas georgianas, el DART, mi estación, las magdalenas del café sol, ir a comprar a Howth, las focas, hacer paella, el Café Cagliostro, el soldadito suizo, los paseos por Dame Street, a Oscar Wilde, San Stephen Green, las librerias, el Yamamori, las charlas con Ian, Dumdrum, los pubs irlandeses, ir al cine en VO, vagar por la ciudad y descubrir cosas nuevas, el espire, la reina de las tartas, salir de Dublín a conocer el resto de la isla, las mañanas de sábado y todas las noches.



miércoles, octubre 11, 2006

DE VACACIONES

Después de tantos años de colegio (unos doce), cuatro de instituto (que fueron lo más parecido al infierno) y seis de universidad, he dejado de ser estudiante para convertirme, técnicamente hablando en una PARADA, curioso, no?.

Como todo el mundo me dice que tengo aún mucho tiempo por delante y que me relaje, antes de lanzarme al mundo laboral me estoy homenajeando a mi misma con unas, pienso yo, merecidas vacaciones en las que estoy haciendo lo que la gente normal hace en las suyas, salvo ir a la playa (porque ya en octubre parece un poco fuerte): dormir, leer (no mucho y nada relacionado con lo mío), ir de compras (ya llevo tres pares de zapatos, incluídos "LOS ZAPATOS" así, con mayúsculas y es que no hay palabras que puedan describir lo maravillosos que son!!), quedar con todo el mundo a la menor oportunidad (cenas, copas, aperitivos, meriendas, desayunos, cafés, porque sí y porque yo lo valgo), poner en orden mi habitación (que buena falta le iba haciendo) y tirar todo lo que he ido amontonando con el paso de los años y que cualquiera sabe para que lo guarda una (una horquillita, un botón -de qué será?-, un número de teléfono -sin nombre o lo que es peor con un nombre que no te dice absolutamente nada-, una pegatina, un pendiente solo, una barra de labios gastada, un boli que no escribe, unos pantalones demasiado ajustados, un calcetín desparejado, un imán, fotos en las que salgo horrorosa -quiero decir, especialmente horrorosa-, un ticket del autobús....).

No sé si podré aguantar mucho tiempo más en este estado vacacional que ya me va pesando un poco. Ya os contaré....