Mis cosicas

jueves, junio 03, 2010

ESCATOLOGÍAS

Este post puede herir sensibilidades. Si preferís que os hablen de osos y corazones, de amor y otras cosas hermosas, buscad un blog más adecuado, si aún así preferís quedaros, lo haceis bajo vuestra responsabilidad, no digais luego que no os advertí

Decía un psicólogo (Freud?) que las mujeres tenemos envidia del pene. No puedo hablar por todas las mujeres del mundo, pero en mi caso no, no me produce ninguna neurosis el no tener una parte de mi cuerpo que puede jugarme malas pasadas y dejarme en evidencia. Reconozco su utilidad y su belleza (¿?) pero me es más útil unido a otra persona que implantado en mi propio cuerpo.

Ahora es cuando viene el "pero teniendo uno puedes hacer pipí más lejos" y la pregunta es ¿para qué? a mi con que llegue dentro del water me vale, es más, me parece lo ideal, no necesito proyectar mis fluidos corporales contra ninguna pared ajena, no creo que eso mejorara mi calidad de vida.

¿Y en las fiestas patronales lo de orinar en la calle?
1. Orinar en la calle no está bien, es incívico, ilegal y una guarrada
2. En caso de necesidad cualquiera puede hacerlo en la calle y mira unos se sacan la colita y a otras nos ven el culo, lo mismo es.

Así que no, no me da envidia. A mi lo que me gustaría es tener la facilidad que tiene la mayoría de los hombres para evacuar en cualquier aseo ajeno, y me explico.

Puede que en un viaje solo con amigas nos pase menos, pero en nuestros viajes en pareja (y especialmente al principio) se suele llevar un pequeño kit de supervivencia: supositorios de glicerina ("A dios pongo por testigo que nunca he usado invento similar" aunque los he echado de menos cuando he estado, literalmente, de mierda hasta el cuello) y cerillas (para el olor). Pero claro, si tienes que recurrir al primer elemento en vez de al segundo, es porque algo no funciona como debería.

Lo primero es la falta de intimidad necesaria. Si estás en un hotel y sientes la llamada de la naturaleza (siiii, gracias oh Señor!!) y ante la probabilidad de que escuche ciertas cosas siempre puedes intentar con un "Cariño, pon la tele más fuerte que la oiga desde el baño" (mmmm, demasiado evidente?), "Podrías dejarme un momento de tranquilidad" o directamente "no puedes perderte un rato majo?" pero en general aguantamos y aguantamos, esperando un momento de tranquilidad e inspiración. Momento que no suele llegar.

Por las mañanas en el buffet libre él toma huevos, tostadas (de pan de campo), tarta, croissants... tú, todo eso y tres kiwis, cuatro ciruelas, media docena de pasas, pan integral, un vaso de agua en ayunas, tres danones de los del Coronado... y nada. Pruebas con el café de los hoteles, que dicen que es mano de santo, el estómago se retuerce pero nada.

Al tercer día, con el carácter agriado, más vale que tu churri sea un poco diplomático y que no te venga con historias y tópicos masculinos del tipo "Te tiene que venir, amor??" porque, aunque te contentes con intentar fundirlo con la mirada, ganas te quedan de decirle "Una hostia te va a venir a ti como no te calles, listo, que eres un listo". Así que lo primero al llegar a casa es ir a tu cuarto de baño, mirar la taza con devoción como si del arca perdida se tratase y desahogarte...

Pues ellos no, ellos van a cualquier lado y les vale. Es más, la mayoría proclama con orgullo, con suficiencia masculina, con hidalguía diría yo un buen: "Voy a cagar". Así, simple y llanamente. Algunos al salir incluso aluden a tan excitante evento "que a gusto se queda uno" (en el mejor de los casos) o "yo que tu no entraría en un rato...". El caso es que no se estriñen y no extrañan su retrete ¡qué maravilla!

La primera vez que vine con amigos a mi casa (todo vacío, ni sillas había oiga) me preguntó uno de ellos si me podía estrenar el baño. Mientras nosotros nos sentábamos un rato (en el suelo) él cogió un cigarro y se encaminó al aseo. No me imagino haciendo lo mismo en casa de un amigo, pensando en que si se hace el silencio puedan oir ruidos que no quiero compartir con nadie y sobre todo no me imagino haciendo el mismo comentario que hizo él al salir "Cagar viendo el Cristo de Monteagudo es la hostia". Sin palabras me dejó...

Así que señores, quedense con sus penes que yo me conformo con que me den el secreto del tránsito intestinal inalterable.