Mis cosicas

domingo, mayo 16, 2010

COSMO

Siempre he tenido en consideración las opiniones de esta revista, sobre todo en cuestiones sexuales, creo que la Cosmopolitan ha mejorado más las relaciones íntimas de las españolas que la píldora o la ducha diaria.

Eso desde luego no quita que yo tenga cierto criterio a la hora de poner en práctica los consejos que encuentro en la revista y si no atención al artículo encontrado en la cosmopolitan de febrero de 2009 (pág 52)

"El paquetito del regalo" Las chicas más lanzadas saben que si, cuando están realizando sexo oral, añaden al asunto un baile de lengua ¡su pareja enloquece!. Pero O. C, sexóloga, va más lejos y propone "Masaje sus testículos con lubricante, envuelvelos sin apretar con un cuadrado de film de cocina y coloca tu boca sobre la zona. Pon tu lengua a trabajar y ¡verás!"

A ver, estimados señores de la citada revista femenina: ¿ustedes lo han probado? (por favor, si alguno de los lectores lo ha probado o tras leer esta entrada se anima estoy deseando oir los resultados). Porque yo me imagino en pelota picada delante de un señor en el mismo estado o al menos con el asunto al aire, ambos en medio de un calentón y decirle "espera cariño" ir así a la cocina (preferentemente si vives sola o en una comuna hippy) y coger el film.

Atención a la entrada triunfal en la habitación, con el rollo de film en una mano, el lubricante en la otra y decir con una sonrisa pícara "Sorpresa!!!". Y la cara de pasmo del maromo en cuestión que a estas alturas no sabe (aún) que piensas envolver con "eso" que en su casa usa su madre para guardar la mortadela en el frigo y que jamás pensó incluir en sus juegos sexuales.

Poner lubricante no sería problemático lo que sí que va a ser misión imposible es cortar el film después, con todas las manos pringosas o incluso antes (porque mira que tiene mala sombra el papelito de las narices) y luego envolver semejante parte ante la mirada atónita del acompañante masculino que a estas alturas no tendrá ya ni erección ni nada. En caso de que aún queden ganas de seguir jugando (cosa que no creo) nos enfrentamos al "dudoso" sabor del film de cocina y del lubricante que vaya saliendo (puaj, puaj)...

Que digo yo, que una cosa es innovar (que siempre viene bien: hay que mantener la chispa...) y otra distinta es experimentar con las pobres gentes ingenuas que creen todo lo que leen y que se lanzan a probar sin pensar en los posibles resultados.