OUTLET

Ha llegado un momento en que con tanto extranjerismo soy consciente de que no entiendo las revistas que leo, sobre todo si hablan de moda: que si "preppy", que si "indie", que si "jeggins", que menos mal que ponen fotos porque si no me quedaría pensando y pensando que significa todo eso. Luego, a fuerza de leerlo, te acostumbras, adoptas la palabra y no piensas más en eso.

No piensas más en eso hasta que tienes que explicarselo a tu madre que es la última defensora a ultranza del castellano de Cervantes, contraria a toda palabra importada que pueda ser sustituída por una (o por una frase entera si es necesario) palabra española.

Así que una no le dice a su madre que se va a comprar un little black dress, porque sabe que la espera a continuación una charla de hora y media sobre la pérdida del idioma para concluir y todo eso para decir un vestidito negro?? (y tiene razón, y como tiene razón, te callas, suspiras y cambias de tema).

Delante de mi madre queda totalmente prohíbido hablar de feedback, del spinning, de deportes indoor y hasta de los stop (que si por mi madre fuera pondría PARE, como en sudamérica)

Pero claro, yo no organizo la Feria Outlet pero ahí está mi madre, implacable:

- Vamos a ver los puestos de Alfonso X?
- ¿La Feria Outlet? (y ya lo has dicho pero aún no eres consciente de todo lo que va a desencadenar)
- utlet? y eso que es?
- pues es... ropa de otras temporadas a precios super rebajados, solo que es más corto decir Outlet.
- Osea, saldos
-Mamá, saldo suena a ropa del mercado harta de vivir, amontonada en la calle, es cutre.
- Lo que es cutre es no conocer tu propio idioma y tener que poner una palabra extranjera que nadie sabe lo que es en vez de utilizar la española, que así os engañan, que por si no te has dado cuenta, hija, todo esto que ves aquí son SALDOS

Y como tiene razón, me callo, suspiro y le digo... ¿y que vas a hacer de comer mañana?

Y al día siguiente el periódico local me da la puntilla, a mi y a la dichosa feria, e informa de que "LA RECESIÓN LLEGA A LOS SALDOS". Si es que, quien me manda...