Mis cosicas

domingo, diciembre 28, 2008

ZAPATOS

¿Cuantos zapatos tiene una mujer media? ¿Cuanto es lo normal? ¿Soy normal?

Hoy estaba comentado con un amigo que, aunque ya tengo un zapatero en mi habitación, necesito otro, seguramente en la entrada, de esos disimulados que parecen un mueble normal y que tienen la propiedad de ser mucho más de lo que aparentan. Y claro, la pregunta inevitable cuando hablas de zapatos con un ser de género masculino y que me hace enrojecer es siempre la misma: Pero... ¿Tú cuantos pares de zapatos tienes?


A ver, dejame pensar...

1. Botines negros (los de uso habitual, no me los quito casi nunca... ya se que eso justificaría terminar antes la lista peeero...)
2. Botines marrones (taconazo y chupame la punta)
3. Botines blancos (poco uso, demasiado tacón)
4. Botas negras
5. Botas marrones
6. Zapatos de corte salón negros
7. Zapatos de corte salón negros (sí, iguales, pero más nuevos)
8. Zapatos negros con adornito (poco o ningún uso)
9. Peep toe negros (preciosísimos)
10. Zapatos rojos de charol (una garrulada incómoda, de vez en cuando yo también meto la pata)
11. Zapatos marrones con plataforma y 10 cm de tacón (en un momento de baja autoestima no hay nada que la suba más que calzarse algo así)
12. Zapatos marrones de tacón (sin talón, incomodísimos, los compré en esa época de mi vida en que necesitaba reafirmar mi ego, soy incapaz de ponérmelos ahora pero les di bastante uso en su momento)
13. Botas de montaña (ya que han aparecido habrá que contarlas)
14. Botas azules (una martens con una larga vida detrás pero aún en uso)
15. Deportivos negros (los del gimnasio)
16. Deportivos del Pull&Bear (muy monos pero no demasiado prácticos)
17. Zapatos negros de raso (si, los de salir en nochevieja)
18. Zapatos negros con tira al tobillo (super estilosos)
19. Zapatos verdes (comprados en Clarks en Dublín, una compra afortunada)
20. Zapatos marrones estilosos (divinos, tanto que ya les dediqué una entrada muy al principio)
21. Zapatos planos negros (ni que decir tiene que hasta aquí y salvo las botas de montaña y los deportivos todo tenía tacón...)
22. Zapatos rosas de corte salón (pobres mios están un tanto destrozados)
23. Zapatos de leopardo (que sí, que una tiene sus cosas)
24. Botines marrones (para arreglar)
25. Zapatos marrones con lacito (de estos misteriosamente perdí uno que apareció muchos meses después en una caja en la que ya habíamos mirado, misterios sin resolver)
26. Zapatos marrones con hebilla (los dos de ir a trabajar)
27. Zapatos verde claro
28. Zapatos plateados (sin estrenar, son para un traje de boda que también está sin estrenar)
29. Zapatos negros con adorno de pedrería (igual que los anteriores)
30. Zapatos forrados de raso blanco (los de la boda de mi primo)
31. Zapatos color frambuesa (no me vengais con que eso no es un color... también son de una boda)
32. Sandalias doradas (idem)
33. Sandalias plateadas (las de mi graduación de COU, muy incómodas, pero divinas)
34. Botines negros para los días de lluvia (están destrozaditos los pobres)
35. Cuñas marrones de verano (de esparto)
36. Sandalias blancas (muy monas)
37. Zapatos blancos de verano (ay, angelicos míos, están a punto de la jubilación)
38. Cuñas vaqueras (me encantan!!)
39. Sandalias planas negras (mmmmmm, planas, no me gustan los zapatos planos)
40. Zapatos blancos de vestir (si, muy finitos ellos y con taconazo, como debe ser)
41. Sandalias con flor naranja (comodísimas oiga)
42. Chanclas de la playa

Y creo que ya está.

Pues tampoco son tantos. No? Aún no llegan a 50 pares, que era la estimación realizada antes de este concienzudo estudio. ¿Puedo entonces comprarme aún algunos más? Por redondear la cifra digo. Si la respuesta es sí, ya he fichado unas botas preciosas con un taconazo y la punta redondeada (a un precio más que asequible) y también me gustaría comprar unos zapatos cómodos para ir a trabajar. Para el verano (cuando pongan lo nuevo) me encantaría comprar unas sandalias negras para salir y unas planas para diario.

De todos modos supongo que la respuesta es NO, No compres más zapatos!!


Esta es solo una pequeña muestra de lo que tengo así, más en uso (el resto están guardados o en el piso ya).


Nota: la autora se disculpa de antemano por los posibles olvidos que haya podido cometer al realizar el estudio anteriormente citado.


lunes, diciembre 22, 2008

CUERNOS, RUPTURAS Y OTRAS HISTORIAS PARECIDAS

Hace ya algún tiempo de paseo por los blogs que leo habitualmente me encontré con esta entrada el top ten definitivo de la canciones de ruptura y claro, no pude parar de pensar en él durante días.

Por esas casualidades de la vida (vamos que no es ningún secreto a estas alturas, que me quedé hace bien poco soltera y sin compromiso tras una relación larga) empecé a fijarme en las canciones y es cierto, mucho amor, por todas partes. Mucho voy a quererte toda la vida y tal, mucho tú eres toda mi vida y sin ti me voy a morir (que al final se baja uno un cd de extremoduro al coche porque si pone la radio lo mismo se tira por el primer puente que pille). Tanto almibar, en todo caso, no puede ser bueno para la salud.

Lo cierto es que no siempre el amor sale bien y de repente te despiertas un día y tienes que volver a aprender a ser uno (y no la mitad de dos). No es cuestión de retener a nadie a la fuerza (ni lo intenteis, que luego los palos son muy grandes). Lo de los cuernos es ya otro cantar, en esos casos mejor adiós y punto. Al final los finales se parecen pero nos queda la opción de tomárnoslo de una manera o de otra.



He aquí mi selección musical sobre cuernos y rupturas:



10. Como un explorador (Joquín Sabina)



Esta es una opción: que te han dejado? Pues nada, método masculino total: liarme con toda la que pille que total tú no eres la última mujer de la tierra. De todos modos lo peor del mensaja es que resulta evidente que este tipo se ha quedado en la gloria bendita desde que su pareja decidiera irse (seguramente harta de él). Os aseguro que esta canción consiguió hacer que me hirviera la sangre y que me planteara si debería volver a castigar por un tiempo a mi amigo Joaquín, pero en el fondo él no tiene la culpa de decir las cosas como son. Y es que... ¿Cómo pueden ser así de cabrones?? Pero ç'est la vie. Tu lloras en un rincón y él se hace un tour por todos los bares de la zona buscando "consuelo" y agradeciendote todos los días que por fin le dejaras vía libre para disfrutar de la vida. Hay que joderse (o ¡Manda huevos! como diría aquel célebre Presidente del Congreso).

- Sé que estos comentarios darán lugar a réplicas de hombres íntegros que dirán haber llorado amargas lágrimas tras una ruptura, que haberlos hailos como dicen en Galicia de las Meigas- Pero no me negareis que por norma general...

9. Si te vas (Shakira)



Esta me encanta, sobre todo cuando ella habla de las arrugas y la celulitis de la otra tipa. Le doy toda la razón: que él se ha ido y te ha dejado por otra (o por poder probar a otras) pues ale, que te vaya bien, cuando vuelvas no creas que estaré aquí esperándote, no hijo, no. Yo al menos tengo dignidad! Me parece un poco la otra cara de la moneda - tras el método masculino- yo no voy a hacerte nada malo, ni voy a dedicarme a hacer lo mismo que tú, pero no esperes que me quede aquí sentada esperandote. Eso sí, para esto hay que tener mucha paz de espíritu.

8. Desaparece (El canto del loco)



Me encanta lo canallas que son estos madrileños (unos chulos, pues si, pero en ocasiones tiene más razón que un santo). Que has jugado conmigo? Pues que te den, que yo paso de ti. En vez de llorar a estos les sale el orgullo y no dudan en poner a la chica en custión como hoja de perejil. Si el sujeto en cuestión lo merece, entonces why not?

7. Promesas que no valen nada (Los piratas)



Esta es genial. Lo típico, que no te voy a llamar, que no vas a saber nada más de mi y tal (seguro que no pasan ni diez días sin que llame para tomar un café o si no habrá una llamada etílica, os lo digo yo). Se nota a la legua que este está echo polvo, por mucho que diga.



6. Piensa en aquella tarde (el canto del loco, David Summers y pereza)



A veces, uno no ha hecho las cosas bien y cuando se da cuenta ya no tiene remedio. Este es ese caso. Lo único que no me va es el toquecillo ese egoista (por estar contigo y no sentirme solo) que no sabe una muy bien si realmente echa de menos a la chica o echa de menos tener novia, así, en general. Muy comprensible de todos modos lo de pensar sin parar si podríamos haber hecho otra cosa para que las cosas no terminaran así.


5. Y quien es él (José Luis Perales)



Esta es un clásico: me he enterado de que me pones los cuernos y en vez de decirte que eres una mala mujer (hablando finamente) prefiero preguntarte quien es ese señor tan majo que ahora te disfruta. Todo muy civilizado. Aunque cante un hombre es muy de mujer, ese querer saber todo, aunque duela. Lo del final ya es de matrícula de honor, abrigate antes de irte con el otro (eso, no vaya a ser que encima te pongas malita). Yo tengo que decirlo, a tanto no llego.

4. Mi soledad y yo (Alejandro Sanz)



Otro al que se la pegan. Tan enamorado él (dejándose la pasta en llamadas a larga distancia a según que horas) y mira, la chica resulta no echarle de menos tanto como él a ella. Yo siempre he mantenido, de todos modos, que echa más de menos el que se queda porque el que se va no tiene recuerdos, todo es nuevo y hay mil cosas que hacer, pero el que se queda pasa por delante de "su" casa, se toma el café en "ese" bar en el que..., se tropieza con "sus" amig@s, en fin, un infierno vaya!.



4. bis. It's my party (lesley Gore)




Si el de antes es plenamente consciente de lo que pasa con una sola llamada aquí tenemos a una pobre chica que no se entera, su novio se la pega en su fiesta de cumpleaños -que ya hay que tener valor- mientras ella pasa un mal rato preguntándose donde andará Jonhy. Al final, sobre todo porque él es cualquier cosa menos discreto ella se entera. Esto es la crónica de una ruptura anunciada y si no ella no merece pertenecer a mi propio género.

3. Ahora quien (Marc Anthony)




Y no puede uno parar de pensar y de imaginar. Estará con otr@, le dirá las mismas cosas, como será esa persona... Y cuando se lo dices a la gente todo el mundo te recomienda que no pienses en eso, (claro, claro ¿y eso como se hace?) pero es inevitable, al menos durante algún tiempo. No es sano. No es bueno. Pero es humano.

2. Don't Speak (no doubt)



Un clásico: para cuando él va a decirle que se acabó ella ya lo sabe. No quiere oirlo, no quiere saberlo (aunque de hecho ya lo sabe). Me encanta lo de "siento que estoy perdiendo a mi mejor amigo" es simplemente genial. Creo que eso es lo peor de que te dejen (o de dejarlo, así en abstracto) que esa persona que lo sabía todo, que te conocía del todo, que compartía contigo tus alegrias y tus penas, tus momentos buenos y los malos se convierte en un extraño.

1. Cerrado por derribo (Joaquín Sabina)



A estos les quedan dos telediarios y lo saben. Aunque tuve castigado a Sabina durante años reconozco que hay cosas que nadie las dice tan bien como él. Hay que ver lo que cuesta decir adios cuando ha habido amor. Esta es la típica situación en la que se aguanta, pero en la que está claro que ya no hay remedio. Supongo que uno no rompe porque siempre le queda la esperanza de arreglarlo, no? (Bueno hay otros motivos: la pereza que da enfrentarse al momento de decirlo, el estar acomodado y saber que hay que cambiar de hábitos, motivos económicos -no muy loables, pero ciertamente existentes en algunos casos- y otros muchos)

1. Bis. Nos sobran los motivos (Joaquín Sabina)



Esto ya es el remate, aquí ya no queda ni la esperanza de arreglarlo, ni tiempo ya de decir adiós. Aquí todo está roto ya. La introducción lo mejor de todo.


Y aunque lo mejor es pasar página y olvidar. Seguir cada uno con nuestra vida, intentando disfrutar nosotros sin molestar a los demás, no me resisto a dejar una única recomendación. Insostenible a tiempo completo pero muy terapéutico:

Instrucciones para guardar el odio eternamente (Ismael Serrano)

lunes, diciembre 08, 2008

CITA DE CINE

"... Pero me dí cuenta de que prefiero discutir contigo a hacer el amor con otra"

El día de la boda

Y así es como el cine ha conseguido que nuestras parejas no nos parezcan perfectas, que nuestras historias de amor no sean lo bastante apasionadas, dulces, románticas y maravillosas, que nuestros novios no pasen la prueba del algodón y que el sexo no sea como en hollywood: por mucho que lo intentemos no oimos la música, la luz no se atenúa, los besos no son a cámara lenta, las caricias no son tan excitantes, tan precisas, tan medidas y por la mañana no nos levantamos peinados, maquillados y dulcemente abrazados después de dormir tan solo unas pocas horas.

Las mujeres deberíamos unirnos y demandar a los guionistas por hacernos creer que tarde o temprano aparecería nuestro príncipe azul, diciendo siempre lo adecuado, leyéndonos el pensamiento, adelantándose a todos nuestros deseos. Ese hombre que le caería bien a nuestra madre, se metería a papá en el bolsillo y haría que todas (sin excepción) se murieran de envidia. El caballero andante que conseguiría hacernos sonreir y también llegado el momento llevarnos al séptimo cielo, que nos cuidaría sin que se notara, sin hacernos sentir dependientes. Esa persona que se enamoraría de nosotras con nuestros defectos y que nos haría ser mejores personas solo porque él está en nuestra vida. Nuestra media naranja, nuestro destino, ÉL.

Pensaba incluir una lista de películas que pueden hacer que mires tu relación con otros ojos y te plantees si deberías seguir buscando al Hombre-Perfecto porque a la vista de las mismas no has dado con el adecuado (películas como solo tú, titanic, novia a la fuga y otras tantas en las que ellos son unos caballeros que dicen y hacen lo correcto y miran a los ojos y te hacen desear morir de amor en ese mismo momento), pero alguien -a quien no conozco- ha hecho el trabajo por mí. He encontrado un bonito resumen de frases de película. Frases perfectas. Las que todas queremos escuchar, las que nos gustaría que fueran idea vuestra -lo siento, no vale copiar, ya llegais tarde-




Después de esto lo mismo alguno hasta se plantea contratar a su propio guionista...

lunes, diciembre 01, 2008

CAMINANTE

Las botas han aparecido.

Estaban ahí, a la vista de todo el mundo en una caja de otra cosa en mitad del despacho. Un escondite ideal si lo que pretendían era pasar desapercibidas. Nadie parece haberlas puesto allí, por lo visto ellas solas se cambiaron de caja, abandonaron su lugar bajo el mueble de la habitación del abuelo y se subieron a la silla donde las encontré. Para rematar la faena seguro que pusieron encima la pila de papeles que las mantenía a cubierto.

El caso es que el verlas en mi habitación estaba empezando a hacerme sentir ciertamente culpable al no darles uso alguno (quizá por eso se fueron? fue ese el motivo de su abandono?) pero esos días ociosos han terminado. Mañana y por motivos laborales me calzaré mis botas de montaña y caminaré por los montes (siempre que no llueva y el Policía Local que nos tiene que llevar no se líe con otras cosas).

Si el frío no me acobarda no será la última salida que hagan. He dicho