DE VACACIONES
Después de tantos años de colegio (unos doce), cuatro de instituto (que fueron lo más parecido al infierno) y seis de universidad, he dejado de ser estudiante para convertirme, técnicamente hablando en una PARADA, curioso, no?.
Como todo el mundo me dice que tengo aún mucho tiempo por delante y que me relaje, antes de lanzarme al mundo laboral me estoy homenajeando a mi misma con unas, pienso yo, merecidas vacaciones en las que estoy haciendo lo que la gente normal hace en las suyas, salvo ir a la playa (porque ya en octubre parece un poco fuerte): dormir, leer (no mucho y nada relacionado con lo mío), ir de compras (ya llevo tres pares de zapatos, incluídos "LOS ZAPATOS" así, con mayúsculas y es que no hay palabras que puedan describir lo maravillosos que son!!), quedar con todo el mundo a la menor oportunidad (cenas, copas, aperitivos, meriendas, desayunos, cafés, porque sí y porque yo lo valgo), poner en orden mi habitación (que buena falta le iba haciendo) y tirar todo lo que he ido amontonando con el paso de los años y que cualquiera sabe para que lo guarda una (una horquillita, un botón -de qué será?-, un número de teléfono -sin nombre o lo que es peor con un nombre que no te dice absolutamente nada-, una pegatina, un pendiente solo, una barra de labios gastada, un boli que no escribe, unos pantalones demasiado ajustados, un calcetín desparejado, un imán, fotos en las que salgo horrorosa -quiero decir, especialmente horrorosa-, un ticket del autobús....).
No sé si podré aguantar mucho tiempo más en este estado vacacional que ya me va pesando un poco. Ya os contaré....
Como todo el mundo me dice que tengo aún mucho tiempo por delante y que me relaje, antes de lanzarme al mundo laboral me estoy homenajeando a mi misma con unas, pienso yo, merecidas vacaciones en las que estoy haciendo lo que la gente normal hace en las suyas, salvo ir a la playa (porque ya en octubre parece un poco fuerte): dormir, leer (no mucho y nada relacionado con lo mío), ir de compras (ya llevo tres pares de zapatos, incluídos "LOS ZAPATOS" así, con mayúsculas y es que no hay palabras que puedan describir lo maravillosos que son!!), quedar con todo el mundo a la menor oportunidad (cenas, copas, aperitivos, meriendas, desayunos, cafés, porque sí y porque yo lo valgo), poner en orden mi habitación (que buena falta le iba haciendo) y tirar todo lo que he ido amontonando con el paso de los años y que cualquiera sabe para que lo guarda una (una horquillita, un botón -de qué será?-, un número de teléfono -sin nombre o lo que es peor con un nombre que no te dice absolutamente nada-, una pegatina, un pendiente solo, una barra de labios gastada, un boli que no escribe, unos pantalones demasiado ajustados, un calcetín desparejado, un imán, fotos en las que salgo horrorosa -quiero decir, especialmente horrorosa-, un ticket del autobús....).
No sé si podré aguantar mucho tiempo más en este estado vacacional que ya me va pesando un poco. Ya os contaré....
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