Mis cosicas

martes, abril 08, 2008

SARDINEROS Y OTRAS DESGRACIAS

Preguntaban el otro día en un blog que qué era un sardinero. Podríamos decir que un sardinero es un señor (ejem, ejem) que sale en el Entierro de la Sardina. Pero es algo más. Ser sardinero es un estilo de vida, toda una declaración de intenciones.

Lo primero para ser sardinero es ser hombre (creo que ahora hay una especie de movimiento y las mujeres pueden participar, pero todo ello es un injerto que nada tiene que ver con la esencia del sardinerismo). Además de tener pito (porque esta gente se pasa todo el día pitando) es indispensable tener mucha pasta porque ser sardinero te cuesta unos 12.000 eurillos de nada, calderilla. Así que allí están los médicos, arquitectos, abogados, etc más reputados (perdón) de Murcia. Y todos esos prohombres se pasan cuatro días al año vestidos de mamarrachos, poniéndose pedo a la una del medio día (y hasta que el cuerpo aguante) y repartiendo pegatinas sobre todo a las buenorras de la ciudad para poder pillar cacho cuando te la colocan en la tetilla.

La imagen ha sido alterada para proteger la poca dignidad que pueda quedar a esta pobre gente.

Además de pegatinas estos señores reparten pitos para que los niños les den bien la murga a sus sufridos padres y a los que no lo son, gafas a lo Paco Clavel, espaditas de plástico, pulseras, collares, tangas, medias de rejilla, pintalabios oscenos y todo un universo del bazar chino de la esquina a disposición de la chiquillería.

El sábado por la noche, se suben a sus carrozas llenas de balones y se los lanzan a los chavales que a puntito están de matarse unos a otros por coger una carcasa para un móvil de los que ya no fabrican o un cubo y una pala para la playa. Antes de que lleguen las carrozas y para disfrute de padres y abuelos hay una comitiva en la que destacan las brasileñas con los pechos al aire que se sientan en el regazo de los ancianillos desdentados mientras la parienta les mira con gesto hosco.

A eso de las dos de la mañana queman la sardina, mientras se consumen cantan y bailan a su alrededor en compañía de sus esposas clónicas: rubias con mechas, con tipín de campo de concentración y con su trejecito vaquero ajustado. Y hasta el año que viene.

Entre medias se ponen sus caras serias y sus serios trajes y prohiben beber a los jóvenes en la calle, que el alcohol es muy malo. Solo hay que ver las tonterías que hacen algunos cuando beben...

3 Comments:

At 9:54 a. m., Blogger sonia f said...

Pues nada, tienes que venir a las fallas para escribir un artículo pero YA.

 
At 1:34 p. m., Blogger Clemente Tecles said...

Se nota la cultura que tienes, majo...

Infórmate un poco más, anda.

 
At 1:35 p. m., Blogger Clemente Tecles said...

Se nota la cultura que tienes, majo...

Infórmate un poco más, anda.

 

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