Glamour

Según la R.A.E: "encanto sensual que fascina"

Hay gente que es capaz de imbuir de glamour todas sus acciones, de moverse con gracilidad y sensualidad en todo momento ¿en todo momento?

Desde que vivo en mi casa he descubierto que determinadas actividades cotidianas no pueden ser glamurosas. Y no me refiero por supuesto a aquellas que cumplen las más elementales, básicas y primarias de nuestras necesidades biológicas. Esas, aunque totalmente carentes de encanto, se hacen en la más estricta intimidad y al menos quedan para cada cual. No, no me refiero a aquellas que nos vemos obligados a realizar ante los demás, aquellas que no podemos evitar hacer delante de otros

A. SACAR LA BASURA

Eliminar nuestros residuos diarios no puede ser más antiglamuroso. No importa si decides ir a la calle en chandal o con tus mejores tacones. La basura es basura. Además en verano aquiere una propiedad olorosa característica que aún convierte el ritual en algo, si cabe, más vergonzoso.

Situación: se abre la puerta del ascensor y una chica arregladísima, pintada y con tacones se sube. Dentro hay un chico, no es un vecino -y este punto aunque parezca que no, es importante-, es guapo y sonríe. Añadir a esta escena una bolsa de basura con su característico aroma y para colmo un chorretillo de los que dejan rastro mientras te alejas. ¿Que fué del Glamour?

B. COMPRAS

En general lo que compras en el supermercado te define. No es lo mismo comprar una botella de barbadillo y paté que comprar tinto de verano marca X y patatas fritas de bolsa. Hay días en los que, inevitablemente, debo hacer acopio de elementos básicos de higiene. Tampones, compresas y papel higiénico -el auténtico kit antiglamour- y ya no puedo mandar a mi madre a comprar tales cosas -quizá debería empezar a pedir que me lo trajeran a casa, pero entonces seguro que el repartidor sería guapísimo y sería el doble de vergonzoso, él con todos mis paquetes y yo abriendo la puerta con los pelos revueltos-. Así que allí estás tu, en la caja, delante de un par de chicos monísimos que hablan de la fiesta de mañana con un carro lleno de alcohol y comida perjudicial para las arterias, mientras tú sostienes tus paquetes con toda la dignidad que puedes. Que si, que todos necesitamos el papel higiénico ¿pero es necesario enseñárselo a todo el mundo?