PEDESTAL

Así deberíamos estar todas las novias de opositores, TODAS, en un pedestal y con una corona resplandeciente en torno a nuestra cabecita. Nos lo hemos ganado.

Siempre se habla de lo duro que es opositar (que no, que no le quito mérito, que me parece tan encomiable que yo no me considero capaz de hacerlo) pero ser novia de un opositor no es nada fácil tampoco. Lo primero que debes asumir es que para él no eres lo primero, vamos que en un incendio salvaría las carpetas con los temas de la oposición y luego volvería a por tí.

Una vez establecidas y asumidas sus prioridades, recuerda: no tiene tiempo libre, no tiene vacaciones cuando las tienen los demás, no tiene nada que contar al final del día, no tiene ganas de que le calientes la cabeza con tus cosas cuando él deja de estudiar, la persona a la que pretende impresionar es a su preparador y si deja la mirada en el vacío cuando estais en la playa no está imaginando vuestro futuro juntos: está repasando los temas!!

A pesar de todo esto hay que reconocer que el opositor es un ser temporal que se desintegra justo acabada la oposición así que esperar para recuperar a tu amorcito merece la pena. Si aún no teneis a vuestro propio opositor ahí van unos consejos:

1. Pilla uno antes de que empiece a opositar, una vez iniciada la oposición tendrás que insinuarte en una biblioteca y tus posibilidades disminuirán increiblemente.

2. Una vez conseguido, animale mucho para que estudie, cuanto antes acabe antes volverá a ser el que era (sí, además estará el aliciente de que tendrá trabajo y algo de dinero que gastar contigo/en ti)

3. Por último: vigila a la competencia. Si se va a Lugo te mudas con él, que no has estado X años mimando a la joya de la corona para que la primera chica mona de Lugo se lo ligue porque tú estás a 1.000 kilómetros.

Por cierto, yo sí tengo mi propio pedestal!!!