PUBLICIDAD

Empezó la pre-Navidad como cada año, con millones de anuncios de juguetes y colonias, por cierto la mayoría de nombre impronunciable en algún idioma extranjero, y ahí está mi madre que es muy castiza y defensora de la lengua de Cervantes atacando cada una de las veces que ponen el anuncio de la colonia de Carolina Herrera -212- y diciendo irritada "será doscientos doce!, porque eso es lo que pone, doscientos doce, no en inglés, en español, que estamos en España... por qué lo dice en inglés??"

Llegados a las puertas de la Navidad se dejaron caer los anuncios solidarios -colabora, hombre, que es Navidad y tal- y los de turrones (aunque hacía ya varios meses que podías comer tortas de pascua, mazapanes y polvorones). Siguieron los de colonias y juguetes, sobre todo los de juguetes caros para caprichosillos que ya saben quienes son los Reyes Magos y Papá Noel: son la Visa. Así que venga anuncios de consolas, juegos, pantallas de plasma...

Ahora que ya casi ha pasado lo peor llegan los anuncios de cereales mágicos que nos van a hacer perder todo lo que hemos ganado con la comida de Navidad de la empresa, la del amigo invisible, la de los compañeros del colegio, del instituto, de la Universidad, la cena de Nochebuena, la de Nochevieja y demás. Que por cierto la del anuncio no ha comido turrón en su vida, cenó una hoja de lechuga en Nochebuena y lleva desde entonces tomando almax para la acidez! Que le pida a los Reyes Magos un pantalón más grande y que deje de jorobar al resto de las españolas que tratamos de disfrutar aún del roscón sin sentimientos de culpabilidad!!

Este año, ni las muñecas de famosa han ido al portal (enviaron, por lo visto, una felicitación por internet que les salía más barata que ir a Belén) ni el chico del turrón ha vuelto a casa por Navidad, que más que eso, con lo caras que se han puesto las cosas y sin servicio militar obligatorio, yo apostaría a que el pobre es que no se ha podido ir de casa de sus padres.