Mis cosicas

viernes, abril 09, 2010

IDIOMAS

Desayunando este mañana en la cafetería donde hacen, sin duda alguna, el mejor café que yo jamás haya probado, el dueño, un italiano que siempre está ligeramente malumorado blasfemaba en su propio idioma. Se quejaba por lo bajo en un perfecto italiano y dos de cada tres palabras era un taco.

Es curioso que te puedas acostumbrar a hablar y pensar en otro idioma, a soñar en otro idioma incluso, pero cuando algo te toca realmente la moral a uno le sale una ristra de palabrotas malsonantes en su lengua materna. Y es que no es lo mismo decir fuck you! que bajar la ventanilla del coche cuando te hacen la rula y gritar ¡Que te jodan!. Vamos, no hay color.

En realidad, solo se me ocurren tres cosas que uno siempre, siempre, siempre hace en su propio idioma, por muy integrado que pueda estar en otro país:

1. Insultar (cuando sale de dentro y es un verdadero sentimiento de cabreo el que lo inspira, si es por molestar se le puede decir a otro "you fucking bastard"... pero ya no es lo mismo).

2. La lista de la compra: podría vivir mil años fuera y ponerles a mis hijos Amber Elisabeth y Oliver Steven y no escribiría

shopping list

cucumber
carrots
toilet paper...

Me resultaría totalmente ridículo.

3. Gemir en la cama (a menos que esté fingiendo, naturalmente, en ese caso podría hacer el papel en cualquier idioma y seguro que colaría -que conste que es una habilidad innata en el género femenino, no algo que me caracterice a mi especialmente, ni de lo que me sienta orgullosa, aunque reconozco sus innegables ventajas-). Lo de "Oh my God..." me suena tan falso que casi me da la risa solo con pensarlo.


Me acabo de dar cuenta de lo mucho que echo de menos Irlanda y hablar en inglés... ¿será el momento de volver?



1 Comments:

At 1:38 p. m., Anonymous ñ said...

Capuccino delizioso, per favore!!!

Se me ocurre otra: contar en silencio. Para tus adentros. Jamás lo podría hacer en otro idioma que el español.

Fdo: una chica que jamás volverá a usar el ascensor a no ser que el mismísimo Simon Baker le espere dentro de uno y aún así se lo pensaría.

 

Publicar un comentario

<< Home