Mis cosicas

miércoles, abril 30, 2008

EXTINCIÓN

Lo siento, no me dan pena, ni los koalas ni los pandas. (Y el que piense que no tengo corazón que vaya saliendo sin hacer ruido)

Los koalas: son unos animales que viven toda la vida en el mismo sitio en donde nacieron (o como mucho van al árbol de al lado), solo comen un tipo de comida, tienen problemas cardiacos y sufren de epilepsia.

En Australia se han pasado años protegiéndolos y ahora no saben que hacer para librarse de ellos porque se han convertido en una pequeña plaga. Digo yo que podrían poner a unos japoneses haciéndoles fotos con flash o a un grupo de palmeros sevillanos y acababan con el problema en cuatro siestas. Sin pena ninguna, oiga.

Los pandas: que bonicos los pandas. Solo son fértiles 3 días en el año y solo se aparean si lo han visto hacer porque sino no saben cómo hacerlo. Esto es motivo suficiente para extinguirte sin piedad, ¡Todos los animales saben aparearse, es instintivo! Pues a estos hay que darles clases, tienen que ver a otros osos haciéndolo. Hay que joderse!! (bueno ellos no, que pobrecicos no saben)

Por cierto: que no me den más papelitos para hacerme vegetariana que me cabrea. Señores pro vegetarianismo, el papel que repartieron el domingo fue un gasto innecesario, ni siquiera era papel reciclado y encima impreso en varios colores. Muy perjudicial para el medio ambiente.

Les doy un consejo, vegetarianos convencidos y con stand en medio de Murcia, empiecen la campaña tratando de convencer a los leones del zoo de que se hagan vegetarianos y después voy yo.

lunes, abril 14, 2008

PROTOCOLO

Estoy haciendo un curso de protocolo. Vi el anuncio, organizado por una asociación pero con la colaboración de la universidad y no dudé en apuntarme. Hoy la primera clase y el ponente era bueno pero no sé si confiar en que aprenderé demasiado:

El curso es un salón de actos y en la mesa sentaditas mientras va llegando el público 5 personas totalmente desconocidas para mi. La persona sentada en el centro, como corresponde en estas ocasiones, comienza a hablar:

- Emmmmmm, estooo, soy el presidente de la asociación que organiza el curso y mmmmm, eemmm, este es el ponente y emmmmmm, ahora va a hablaros el profesor Fulanito. (Qué facilidad de palabra, que saber estar y cuanto protocolo sabía este chico: no sabemos quien eres, no has presentado al ponente, ni a los demás miembros de la mesa pero que demonios: tenía unos bonitos ojos azules ¿acaso además debía saber algo?).

El profesor da su charla sobre lo buenas que son las asociaciones empresariales que colaboran con la universidad sin presentar al ponente. Mientras tanto pasan dos cosas:

1. Una chica embutida en una falda corta y con raja, zapatos de taconazo y escote baja por las escaleras del centro del salón, sube a la palestra y se sienta junto con las otras 5 personas (2 de las cuales siguen siendo desconocidas).
2. El bedel aparece con el retroproyector, lo deja en la mesa, desenrrolla el cable, se pone de rodillas con el culo dirigido al auditorio y enchufa el aparato en un enchufe colocado bajo la mesa.

Estos dos detalles deben haber deslucido las palabras del profesor porque todos estabamos más pendientes de ver si el pendón se caía por las escaleres (con grandes aplausos de haber sido así, no lo dudo) y si al pobre bedel se le rajaban los pantalones.

Acabada la charla el profesor y otras 4 personas se levantan y se van. Debe ser una putada que te inviten a estar en una mesa de este tipo y ni te presenten ni nada, ahí, de relleno.

En el estrado queda solo un hombre: deducimos que el conferenciante aunque nadie le ha presentado.

El conferenciante trata de iniciar la charla, no tiene micro. Gesticula y hace señas a ver si alguien le proporciona el micrófono solicitado. Nada pasa. Igualmente haciendo un esfuerzo da la primera parte de la charla sin micro. Esta trata sobre la familia real. Interesante.

Café.

Segunda parte de la charla, ahora ya con micro que alguien ha conseguido encontrar, sobre el orden de colocación de las banderas. El conferenciante apunta a que las que presiden el salón de actos no están bien colocadas. Que digo yo que si vas a dar un curso de protocolo y más siendo la segunda edición al menos eso podían haberlo hecho bien, no?

La charla va llegando a su fin, el conferenciante, un señor de Barcelona que según he podido leer en un folleto es profesor de la Escuela Universitaria de Turismo, mira a todas partes, y decide dar por concluída la primera sesión. Allí no se ha acercado nadie de la organización y mira que el hombre se veía que estaba esperando a que alguien de la organización apareciera por allí y le dijera: estupenda la conferencia, ahora vamos a comer a un sitio decente.... Me ha dado penica y todo, casi me acerco a invitarle a comer a casa no fuera a ser que le dejaran en la cantina tirado (total como hay sesión de tarde, así no pierde el tiempo y nos sale más barato, deben haber pensado).

Igual a los organizadores del curso de protocolo también les vendría bien un curso de protocolo (o quedarse al que ellos mismos organizan, ya puestos).

martes, abril 08, 2008

SARDINEROS Y OTRAS DESGRACIAS

Preguntaban el otro día en un blog que qué era un sardinero. Podríamos decir que un sardinero es un señor (ejem, ejem) que sale en el Entierro de la Sardina. Pero es algo más. Ser sardinero es un estilo de vida, toda una declaración de intenciones.

Lo primero para ser sardinero es ser hombre (creo que ahora hay una especie de movimiento y las mujeres pueden participar, pero todo ello es un injerto que nada tiene que ver con la esencia del sardinerismo). Además de tener pito (porque esta gente se pasa todo el día pitando) es indispensable tener mucha pasta porque ser sardinero te cuesta unos 12.000 eurillos de nada, calderilla. Así que allí están los médicos, arquitectos, abogados, etc más reputados (perdón) de Murcia. Y todos esos prohombres se pasan cuatro días al año vestidos de mamarrachos, poniéndose pedo a la una del medio día (y hasta que el cuerpo aguante) y repartiendo pegatinas sobre todo a las buenorras de la ciudad para poder pillar cacho cuando te la colocan en la tetilla.

La imagen ha sido alterada para proteger la poca dignidad que pueda quedar a esta pobre gente.

Además de pegatinas estos señores reparten pitos para que los niños les den bien la murga a sus sufridos padres y a los que no lo son, gafas a lo Paco Clavel, espaditas de plástico, pulseras, collares, tangas, medias de rejilla, pintalabios oscenos y todo un universo del bazar chino de la esquina a disposición de la chiquillería.

El sábado por la noche, se suben a sus carrozas llenas de balones y se los lanzan a los chavales que a puntito están de matarse unos a otros por coger una carcasa para un móvil de los que ya no fabrican o un cubo y una pala para la playa. Antes de que lleguen las carrozas y para disfrute de padres y abuelos hay una comitiva en la que destacan las brasileñas con los pechos al aire que se sientan en el regazo de los ancianillos desdentados mientras la parienta les mira con gesto hosco.

A eso de las dos de la mañana queman la sardina, mientras se consumen cantan y bailan a su alrededor en compañía de sus esposas clónicas: rubias con mechas, con tipín de campo de concentración y con su trejecito vaquero ajustado. Y hasta el año que viene.

Entre medias se ponen sus caras serias y sus serios trajes y prohiben beber a los jóvenes en la calle, que el alcohol es muy malo. Solo hay que ver las tonterías que hacen algunos cuando beben...