Mis cosicas

lunes, marzo 31, 2008

BARRACA

barraca.

(Del cat. barraca).

1. f. Caseta o albergue construido toscamente y con materiales ligeros.

2. f. En las huertas de Valencia y Murcia, casa de labor, hecha de adobes y con tejado de cañas a dos vertientes muy inclinadas.

3. f. Am. Edificio en que se depositan cueros, lanas, maderas, cereales u otros efectos destinados al comercio.

~ de feria.

1. f. Construcción provisional desmontable, que se destina a espectáculos, diversiones, etc., en las fiestas populares.


Después de la Semana Santa en Murcia se montan las barracas y la gente se muere por ir a comer los productos típicos murcianos aunque se los cobren a precio de oro, te los sirva un zagalico del pueblo que mete los dedos en todos los platos y tarde media hora en traerte el pan. Imagino que en todas partes es igual, son fiestas y ¿donde va Vicente? donde va la gente.

Esta semana pasada he estado en una barraca, echando una mano, dándole de comer a la gente. Además de aborrecer la comida y perder 3 kg sin esfuerzo (que ya quisiera el ab shapper y los rollos esos que anuncian por la tele ser ni la mitad de eficaces) he descubierto que la gente es la leche, que van a comer a un jardín, en un chiringuito con el tejado de uralita y creen que les van a servir como en casa lucio..., y que a los camareros les jode que les dejes los 5 céntimos que sobran de propina. Eso no es una propina eso es un insulto!!!!

De propina yo os dejo el postre típico de las barracas: los paparajotes. Disfrutadlos pero no os comais la hoja...

lunes, marzo 17, 2008

NIÑOS

Mi sobrino, en la procesión del domingo de Ramos, al ver venir el paso que simboliza la entrada de Jesús en Jerusalem a lomos de un burrito:

- Miraaa, el asno de Shrek


lunes, marzo 10, 2008

ELECCIONES

Parece que llego tarde, después de una campaña electoral tan larga y tensa que para muchos seguirla ha sido su peculiar penitencia de cuaresma, aquí estoy yo hablando de las elecciones. Ya hemos votado (o no, según nuestro libre albedrío), ya hay resultados, todos han ganado (menos el pobre Gaspar, que salía solito de la sede de su partido y que era la viva imagen de la derrota) y yo ahora me permito dar mi opinión. Opino sobre todo desde el más profundo cabreo, después de ver lo que he visto.


Lo primero dejar claro que yo siempre he vivido instalada en la confusión política: con un padre que dice que es de izquierdas pero que vería con buenos ojos la cadena perpetua y que no está de acuerdo con las viviendas sociales, con las pensiones no contributivas y otros pilares fundamentales del socialismo... y una madre militante del PP que cree que la Iglesia debe autofinanciarse y que está totalmente de acuerdo con que los homosexuales se casen y adopten.


Mi postura política es: INDECISA. He ido cambiando de voto según me han convencido unos u otros, según sea para las nacionales, autonómicas o locales, según el momento económico e internacional. Estoy muy contenta porque los indecisos, dicen, deciden las elecciones en uno u otro sentido.


Lo que sí que tengo claro es lo que no quiero, lo que no me gusta y lo que me cabrea:


- Los que se empecinan en sus posiciones y el si, porque sí y el no, porque no, sin razones, sin argumentos.

- Los que agreden, aunque sea verbalmente al que no piensa igual.

- Los que creen que los que no votan en el mismo sentido que ellos se equivocan.

- Los que no tienen espíritu crítico y apoyan a un partido haga lo que haga.

- Los que hablan de épocas pasadas en las que ellos no habían ni nacido y defienden dogmas que no comprenden.

- Los extremistas.

- Los que siguen decidiendo el voto de otros: padres que dan el voto a sus hijos o maridos que dan el voto a su esposa.

- Los que no aceptan los resultados electorales si los "suyos" no ganan.


Todos estos y algunos otros me dan igual a que partido voten o a cual vayan a votar en el futuro no los aguanto. PP, PSOE, IU... me da lo mismo. Como nada cambia yo sigo igual, hoy como ayer: cabreada.

domingo, marzo 09, 2008

ENTRE Y REVELE SU ROLLO

Hay un chiste muy viejo, que seguro que todos conoceis ya, es este que dice así:
Entra un señor a una tienda y le dice a la dependienta: verá, mi padre se marchó de casa cuando yo tenía 3 años, mi madre bebía y me pegaba. Me casé y mi mujer me engaña, creo que mis hijos no son míos y además me odian y encima me han despedido del trabajo.
La dependienta lo mira un par de segundos y le dice: ¿y por qué me cuenta a mi todo eso?
Y el cliente le dice: Porque en la puerta hay un carte que dice, "Entre y revele su rollo"

Yo debo de tener un cartel que pone lo mismo, no sé donde, pero lo tengo, seguro. Se me acercan desconocidos y me cuentan sus cosas. Esta misma mañana, esperando en un cruce a que pasara la vuelta ciclista a murcia se me ha acercado un hombre y me ha contado: que solía correr pero no en bicicleta, que corría en un pueblo (Aledo) y que ya no corre porque tiene problemas mentales. Y yo en estos casos, los miro, sonrío y espero pacientemente a que se vayan por donde han venido. A veces, sobre todo cuando no mencionan tener problemas mentales, hasta hablo con ellos.

No me molesta mi irresistible magnetismo para la gente que tiene cosas que contar, sobre todo para la gente que tiene penas que contar, pero a veces digo ¿será la colonia? ¿que me ven cara de buena persona? ¿cara de confesionario? ¿cara de que? ¿por qué me habla esta señora en el autobús? ¿por qué se me sienta un hombre al lado en el banco del parque y me dice que su hijo está en Francia y no le llama?

Pues nada, seguiré con la sonrisa puesta y la oreja dispuesta. Al fin y al cabo tampoco cuesta demasiado, no?