Mis cosicas

jueves, febrero 22, 2007

SI YO FUERA...

Me han enviado un e-mail y me ha hecho gracia, me ha recordado a Raffaella Carrá cuando en las noches de la uno nos invitaba a descubrir quien era el personaje famosa mientras la gente pedía pistas ¿y si fuera una ciudad? ¿y si fuera un color? ¿y si fuera una fruta?

He visto el mensaje y me he decidido a dar un poco de información personal...

Si yo fuera una estación del año sería... Otoño

Si yo fuera un mes sería... Septiembre

Si yo fuera un día de la semana sería... el sábado

Si yo fuera un momento del día sería... la hora del café

Si yo fuera un planeta sería... venus

Si yo fuera un animal sería... una diablo de tasmania

Si yo fuera un mueble sería... un secreter (de esos donde se guardaban las cartas, llenos de cajoncitos...)

Si yo fuera un líquido sería... agua

Si yo fuera un instrumento musical sería... un triángulo

Si yo fuera un sentimiento sería... la melancolía o la ira...

Si yo fuera un verso sería... Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero/ Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido /Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos /Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Si yo fuera una canción sería... I will survive

Si yo fuera una comida sería... pasta!!!

Si yo fuera una parte del cuerpo sería... la boca

Si yo fuera un olor sería... gasolina o disolvente

Si yo fuera una asignatura sería... historia del arte

Si yo fuera un dibujo animado sería... la pantera rosa

Si yo fuera una figura geométrica sería... un cono (si puede ser lleno de helado de chocolate...)

Si yo fuera un número sería... el 2 (o el 22 o el 222...)

Si yo fuera una flor sería... una margarita

Si yo fuera un coche sería... un mini

Si yo fuera un famoso sería... alguna periodista o escritora

Si yo fuera un color sería... el marrón (aunque mi favorito sea el azul)

Si yo fuera una ciudad sería... Estrasburgo

Si yo fuera un dolor sería... un dolor de muelas... realmente insoportable

Si yo fuera un mar sería... el Mediterráneo

Si yo fuera un idioma sería... el alemán

Si yo fuera una fruta sería... melocotón

Si yo fuera una bebida alcohólica sería... vino tinto

Si yo fuera un país sería... Irlanda

miércoles, febrero 07, 2007

DIA SIN MOVIL

Recuerdo el día que instalaron el teléfono en mi casa, yo tenía 13 años y era desde luego la única persona que yo conocía que no tenía teléfono. Llegar a casa y poder descolgar el aparato, llamar a mis amigas sin tener que ir a la cabina era todo un lujo. No sé como fue, pero en pocos meses ya eran varios los teléfonos y hoy hay 4 en toda la casa.

Recuerdo los primeros móviles que se vieron por la calle y como sonreía la gente al ver a una persona que no parecía en absoluto un hombre de negocios hablar por el móvil (casi siempre murmurando aquello de "compra, compra... no vende, vende" en tono de burla). Por aquel entonces mi madre se compró un motorola que se parecía en su forma y peso a un ladrillo, pero con antena y yo me metía un poco con la "señora importante".

Recuerdo el día que me llamó mi tía (de la que hablaré seguro en alguna entrada futura, de ella y de sus regalos) para decirme que Papá Noel me traería "el regalo que todos los adolescentes deseaban". Me pasé temblando una semana, segura de que había comprado, perdón, como dice ella pedido por carta a Papá Noel un Furby. Sin embargo, abrí la caja y allí estaba mi Alcatel One Touch Easy en un precioso azul. Ese móvil resultó ser indestructible y cuando llegó la fiebre de los tonos, politonos, imágenes y la "alta" definición a las pantallas yo seguía con él. Sólo se rompió la antena después de varios años y lo cambié por puro aburrimiento.

Ayer fue el día sin móviles y nunca sabremos si tuvo repercusión o no porque los únicos que podrían darnos esa información no quieren darla, seguramente porque sí fue relevante y porque perdieron dinero con respecto a otros martes normales del mes en el que todos enviamos mensajes y llamamos a troche y moche. Yo no hice ni una llamada, no mandé ningún mensaje y me dediqué a recordar esos días en los que quedabas con alguien a las 9 y llegaba a las y diez, con la lengua fuera y disculpándose, en vez de llamarte a las y cuarto para decir que llega un poco tarde y tenerte esperando media hora, los días en los que bajabas a la playa a la hora de la siesta y no te despertaban las musiquitas de los móviles cercanos y sobre todo aquellos días en que las conversaciones por teléfono eran casi eternas, con los típicos "cuelga tú", "no, cuelga tú", que, al menos en mi casa, acababan siempre con el rugido de mi padre y la frase "como no cuelgues ahora mismo el que va a colgar soy yo".